Esclerosis Múltiple: La respuesta compartimentalizada en cerebro está compuesta por linfocitos T CD8+ y células B

La respuesta compartimentalizada en cerebro está compuesta por linfocitos T CD8+ y células B

The compartmentalized inflammatory response in the multiple sclerosis brain is

composed of tissue-resident CD8 +T lymphocytes and B cells

Machado-Santos, J.;  Saji, E.; Tröscher, A, R.; Paunovic, M.; et al.

BRAIN 2018: 141; 2066–2082 | 2066

doi:10.1093/brain/awy151

Resumen

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad desmielinizante la cual se asocia a neurodegeneración e infiltrados linfocitarios en cerebro. Sin embargo, se conoce poco sobre el fenotipo y la función de esos infiltrados linfocitarios. En este estudio se realizó caracterización fenotípica en profundidad de infiltrados de células T y B, en una larga serie de casos de EM, con diferentes estadios y compararon los hallazgos con los observados en controles inflamatorios, no inflamatorios y normales humanos. En lesiones de EM, encontramos dominancia de células T CD8+ y prominente contribución de células B CD20+ en todos los casos de enfermedad y lesiones, incluyendo EM aguda de corta evolución, mientras las células T CD4+ aparecen esparcidas. Se vio dominancia de células T CD8+ en otros controles inflamatorios, tales como encefalitis de Rasmussen y encefalitis viral, pero la contribución de células B en esas condiciones fue modesta. Análisis fenotípico de células T CD8+ sugieren infiltrado celular en lesiones activas proliferantes, muestran una actividad citotóxica fenotípica y en parte se destruyen por apoptosis. Posteriores caracterizaciones de células remanentes sugieren que las células T CD8+, adquieren características de células memoria residentes en tejido, las cuales pueden reactivarse en lesiones activas y desencadenar lesiones agudas focales de EM; mientras las células B, al menos en parte, gradualmente se transforman en células plasmáticas. La pérdida de moléculas de superficie en los agregados de leucocitos de tejido inflamado, tales como S1P1 o CCR7, y al aumento de la expresión de CD103, probablemente responsable de la compartimentalización de la respuesta inflamatoria en lesiones establecidas. Similares cambios fenotípicos, de células T CD8+ y células B en la respuesta inflamatoria de lesiones de EM; las células T y B residentes en tejido podrían representar guardianes previos de tejido cerebral inflamado, que puede reactivarse y sostener la respuesta inflamatoria cuando se re exponen a antígenos específicos.

Introducción

La EM es una enfermedad inflamatoria desmielinizante del SNC. La desmielinización y neurodegeneración en EM cerebral y espinal, están asociados  con la presencia de infiltrados inflamatorios perivasculares y parenquimatosos, compuestos por linfocitos T y B. Dentro de la población celular T, MHC clase I, células T CD8+ son las más abundantes y muestran expansión clonal en las lesiones. Además, la expansión clonal de linfocitos B y células plasmáticas reflejan la síntesis intratecal de inmunoglobulinas. Aunque datos previos sugieren que células T CD8+ con memoria son dominantes en lesiones progresivas de EM, se conoce poco sobre su presencia o su fenotipo y estado de activación en estados iniciales de la enfermedad y su estado de activación en lesiones frescas. Además, la información sobre células B dentro de la EM es limitada; pero no es claro que extensión de la reacción inflamatoria en EM o reflejen un patrón general visto en lesiones inflamatorias cerebrales. Finalmente, la inflamación y empeoramiento del cuadro, es al menos atrapado dentro del SNC cerca de la barrera hematoencefálica (BHE).

La encefalomielitis autoinmune experimental (EAE), se considera modelo adecuado de EM y se utiliza para el estudio de los mecanismos de inflamación y neurodegeneración. La EAE puede inducirse por células T CD4+, células T CD4+ en combinación con anticuerpos desmielinizantes y células T CD8+.

Los tratamientos antiinflamatorios disponibles o inmunomoduladores, han sido probados o desarrollados en modelos EAE. Son efectivos en las recaídas de EM de gradación variable, pero muestran solo efectos moderados o nulos cuando los pacientes ingresan en la fase progresiva. 

Ensayos clínicos recientes en pacientes con EM, apuntan a todas las poblaciones celulares T en combinación con células B; o solo células B y se pudieron observar respuestas modestas en pacientes con enfermedad progresiva. Asimismo, los resultados por actividad clínica o MRI en pacientes tratados con siponimod y ocrelizumab; en contraste, otras estrategias terapéuticas (ostekinumab), que alteren/inhiban la función de MHC clase II de células T CD4+, mostraron una eficacia desalentadora 

Estos datos sugieren que hay diferencias clave en la respuesta inflamatoria en SNC entre pacientes con EM y animales con EAE. Sin embargo, no abunda información sobre la función de células inflamatorias y las lesiones de EM son escasas.

 En el presente ensayo tratamos de responder esas cuestiones para analizar en detalle el fenotipo y la activación de linfocitos T y B en SNC de pacientes con EM y controles.

Pacientes y métodos

Caracterización de muestras y criterios de inclusión

Los estudios se realizaron sobre muestras de autopsias fijadas en formaldehído y parafina (FFPE), para encefalitis de Rasmussen sobre material quirúrgico colectados en el Center for Brain Research, de la Universidad de Medicina de Viena. El curso clínico de la EM se definió por neurólogos certificados. El ensayo incluyó 35 casos de EM que comprendían EM aguda (n=11), EM recaída (n=1), EM progresiva secundaria (n=16) y EM primaria progresiva (n= 7). Como controles se utilizaron casos de encefalomielitis diseminada (ADEM; n=1), encefalitis de Rasmussen (n= 6), encefalitis por herpes simplex (n= 6), encefalitis por citomegalovirus (n=6), leucoencefalopatía progresiva multifocal (n= 8), ACV (n= 16), Alzheimer (n=14) y controles matcheados por edad sin enfermedad detectable cerebral (n= 10). Además se incluyó un caso de encefalitis humana autoinmune crónica, el cual ocurrió en el curso de una intervención equivocada con células cerebrales liofilizadas, el cual mostraba cambios clínicos y patológicos similares a los vistos en EM. Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Médica de Viena, Austria (EK. Nr: 535/2004/2017).

Neuropatología y selección de lesiones

Todas las autopsias y controles siguieron análisis detallado basado en múltiples bloques tisulares cerebrales. Se escanearon secciones de esos bloques digitalmente y se crearon mapas con lesiones respectivas y actividad de los estadios. Subsecuentemente, todos los cortes fueron teñidos para inmunohistoquímica y se contaron las células de regiones previamente resaltadas. Los casos, bloques y lesiones se seleccionaron de acuerdo al siguiente criterio.

Esclerosis múltiple

Se incluyeron casos inflamatorios y al menos un subset de lesiones, desmielinización activa y neurodegeneración. Las muestras contenían lesiones activas con estadios iniciales de destrucción mielínica y áreas de desmielinización activa tardía, lesiones crónicas activas de expansión lenta y lesiones remielinizadas inactivas, todas definidas de acuerdo a criterios recientemente publicados.

Controles inflamatorios

Los casos fueron seleccionados con lesiones activas caracterizadas por profunda inflamación cerebral y lesiones enfermedad específica, incluyendo células infectadas con virus cuando aplicaba.

Controles de enfermedad no inflamatoria

Estos casos incluyeron pacientes con ACV isquémico agudo, Alzheimer avanzado con demencia.

Controles normales 

Selección de marcadores leucocitarios

Fue realizada de acuerdo a los siguientes criterios: para determinar la composición básica de los infiltrados inflamatorios se usó anticuerpos contra todas las células T (CD3), células T contra MHC clase I (CD8), células T restringidas a MHC clase II (CD4) y células B (CD20). Los plasmocitos se identificaron por contenido de inmunoglobulina y expresión de CD138. Cuando las células T o B reconocen su antígeno se activan y proliferan. Entonces determinamos el grado de proliferación de linfocitos por tinción doble del marcador celular (CD3, CD4, CD8 or CD20) y marcadores de proliferación celular (antígeno PCNA, proteína (MCM2) y Ki67. Determinamos translocación nuclear de esas proteínas y activación antigénica de células CD8- y CD4+. La actividad de células T citotóxicas se identificó por la expresión de granizima B (GZMB). Confirmamos apoptosis celular por doble tinción de células T con la técnica TUNEL y la expresión de caspasa 3. Las lesiones inflamatorias de un subset de células T podrían convertirse en células residentes con memoria. La inmunohistoquímica para receptor de fosfato de esfingosina (S1P1) se usó para determinar linfocitos infiltrantes. Marcadores adicionales utilizados fueron CCR5 (receptor de chemoquinas implicadas en el reclutamiento de células T y su migración en SNC), OX40 (antígeno expresado en células T en condiciones inflamatorias de cerebro humano) y CD27 o CD38 (moléculas polifuncionales expresadas en diferentes poblaciones leucocitarias, linfocitos B y diferenciación blástica). Para identificar la función reguladora potencial de células T, analizamos la expresión de interleukinas inmunosupresoras como la IL10 y factor de crecimiento transformante beta (TGF-b). Todas las marcaciones usadas en este estudio se realizaron en secciones parafinadas de ganglios linfáticos y amígdalas.

Inmunohistoquímica

Tinción simple

La ligadura de anticuerpos fue rutinariamente visualizada usando 3.30 diaminobenzidina (DAB). Para algunos anticuerpos la tinción fue amplificada por tiramina biotinilada (CSA). Para incrementar la sensibilidad de tinción de tejidos con anticuerpos anti-CD4, usamos anticuerpos secundarios marcados con fosfatasa alcalina (MBT/BCIP). Para controlar la especificidad inmunohistoquímica las secciones fueron teñidas en ausencia de anticuerpos primarios o después de usar anticuerpos monoclonales de ratón y suero normal de conejo como primarios.

Doble marcación

En caso de anticuerpos de diferentes especies, los primarios fueron incubados simultáneamente. La tinción fue terminada por incubación con avidín-peroxidasa y desarrollo secuencia con azul rápido y DAB. Para la doble marcación con anticuerpos de la misma especie se usó el mismo procedimiento usado en la tinción simple hasta el paso de incubación con avidín-peroxidasa. En ese punto, los cortes fueron incubados con avidin-fosfatasa alcalina y desarrollo con sal de azul rápido. Después, para preparar las secciones para el nuevo anticuerpo primario y prevenir la ligadura de nuevos anticuerpos, usamos la primer ronda. Alternativamente la doble tinción se realizó por inmunofluorescencia, usando una aproximación similar a la descripta anteriormente, excepto el uso de fluorescencia marcada para anticuerpos secundarios o estreptavidín; fueron incluidos en el estudio: PCNA o MCM2 con CD3, CD8, CD4 y CD20; NFAT2 y CD3; TUNEL y CD3; CD8 y CD8b, CD8 y CD103, CD8 y GZMB, CD69 y CD8; CD3 y CCR5, CD3 y PD1; CD3 and IL-10 y CD27 o CD38 con CD8, CD20 o CD138, respectivamente.

Cuantificación de inmunohistoquímica

La cuantificación se llevó a cabo en secciones seriadas de cada caso y lesión, utilizando una sección por marcador y área de interés. Dentro de cada área lesionada con actividad definida, resaltamos secciones teñidas con azul rápido para mielina y marcamos las zonas destacadas adyacentes. Para la cuenta celular utilizamos grilla morfométrica y el número de células inflamatorias se contaron manualmente cada 10-15 campos. Las células inflamatorias (T y B) de áreas perivasculares y parénquima se contaron en forma separada. Luego los valores fueron agrupados para evaluación estadística de la inflamación global; todos los valores se expresaron en células/mm2.

Análisis estadístico

Se realizó utilizando Graphpad Prisma, los resultados se presentaron como diagrama de caja de los grupos, mostrando la mediana y el rango de cada grupo. Todas las estadísticas reportando diferencias se calcularon para un valor de mediana/lesión/paciente. Debido a la no distribución no pareada de nuestros datos, se utilizaron tests no paramétricos. Las diferencias estadísticas entre múltiples grupos se verificaron usando el test de Kruskai-Wallis, seguido por el test de comparación múltiple de Dunn.  Because of the uneven distribution of our data, non-parametric tests were used. Cuando solo se compararon dos grupos se utilizó test Mann-Whitney. Las correlaciones entre diferentes parámetros se calcularon Rango de Spearman; solo valores de p <0,05 se consideraron significativos.

Resultados

Primeramente se determinó la extensión de la infiltración de células T y B en un amplio grupo de lesiones de EM, comparándolas con lesiones en otros trastornos inflamatorios y no inflamatorios del SNC y controles normales. Luego se definió el fenotipo funcional y las poblaciones linfocitarias más abundantes (CD8+ y CD20+) y plasmocitos en cerebros con EM, para comprender si la diferenciación funcional de linfocitos T es específica de lesiones de EM o una característica general vista en cerebros inflamados y controles; ranqueanydo desde un caso fulminante de leucoencefalomielitis diseminada, lesión que remeda EM aguda y 6 pacientes con encefalitis de Rasmussen, como ejemplo de enfermedad cerebral inflamatoria mediada por T CD8+ en SNC.

Linfocitos T CD8 + y  B en enfermedades cerebrales inflamatorias

Se vieron altos números de células T CD3 + en lesiones de EM; en promedio, un 76% son T, donde el MHC clase I se restringe a células CD8+, mientras un 10% fueron CD4+. Esto no se presentó solo en pacientes con EM reagudizada o progresiva, sino también en aquellos con EM fulminante y curso clínico de 7 días a 7 meses. Cuando se compararon diferentes tipos de lesiones de EM, el número de células T fue significativamente mayor en estadios iniciales de EM, esto se correlacionó negativamente entre infiltrados de células T con edad y duración de la enfermedad. Las células T se localizaron en espacio perivascular de venas e infiltración difusa de parénquima. 

No se observaron diferencias significativas en la densidad de infiltrados de células T en pacientes con EM siguiendo patentes tipo II versus desmielinización fase III.

Globalmente el número de células B CD20+, fue altamente variable en diferentes lesiones de EM; yendo de: sin células B, a números 4 veces mayores que los de células T. Las posibles razones fueron mayor actividad de la enfermedad. La vasta mayoría de células B se localiza en espacio perivascular; no se vio diferencias de infiltración entre mujeres y varones, ni en pacientes con lesión primaria versus EM progresiva secundaria, pero pacientes con EM aguda con patente de desmielinización tipo II tuvieron menos células B en infiltrado inflamatorio, en comparación con pacientes con lesiones con patrón III.

En otras enfermedades inflamatorias del SNC, se encontraron mayor dominancia de linfocitos T CD8+ en las lesiones (86% de T CD3+). Solo pequeños números de células T estaban presentes en lesiones cerebrales de controles no inflamatorios de enfermedades de SNC, tales como el ACV, Alzheimer y controles normales. En contraste con la EM, el número de células B fue muy baja en otras enfermedades inflamatorias y estaban ausentes en controles no inflamatorios.  Consecuentemente, los infiltrados de células B fueron mayores en lesiones agudas de EM y recaídas (p<0,0001) tanto como en EM progresiva (p<0,01). La única excepción fue encefalitis autoinmune; donde los infiltrados estaban compuestos por un 77% de células B y 21% de T CD8+.

Las células T y B en parte son activadas en lesiones de EM y eliminadas por muerte celular programada

Para determinar la activación de células T y B en las lesiones, se analizó el rango de proliferación por doble tinción con marcadores leucocitarios y de proliferación. En el primer caso se seleccionaron 49 casos de lesiones con alto número de células T y B, realizando doble tinción de CD3 con marcadores de proliferación PCNA, MCM2 y Ki67 y cuantificando el porcentaje de células con doble tinción. El mayor porcentaje de doble tinción se vio dentro de rangos similares a PCNA y MCM2. El porcentaje de doble positivo de Ki67 fue menor probablemente debido a pérdida de esta proteína en autopsia. En casos de EM, la proliferación de células T fue mayor en casos agudos y recaídas, en comparación con EM progresiva en donde se encontró en pequeños grupos. En casos de encefalitis autoinmune de duración similar a la vista en tacos de EM aguda, con rango de proliferación del 2,3%. La proliferación de células T fue mayor en el grupo CD8+. La proliferación celular B fue la mayor en el caso de encefalomielitis autoinmune (3,5%).

En el paso siguiente se analizó la expresión de NFAT2, el cual está transitoriamente regulado positivamente y traslocado al núcleo cuando las células T reconocen a su antígeno relacionado. Así como con los marcadores de proliferación, la reactividad nuclear NFAT2 en células T fue la mayor en casos de ADEM (13,6% de todas las células T). La expresión de NFAT2 en lesiones de EM fue similar en comparación con el porcentaje de proliferación (0 a 2,6% con el máximo en EM). Otro marcador de activación, OX40; expresado en células T se asocia con supervivencia de ese tipo celular. En EM, solo pocas células T expresan el marcador. Ninguna de las células positivas para OX40 mostraron signos de apoptosis. Una característica distintiva de células citotóxicas T CD8+, es la presencia de gránulos que contienen GZMB. Como se esperaba, el mayor número de linfocitos GZMB + fue visto en casos de ADEM (43% de células T CD8+). En EM, el número de linfocitos GZMB+ fue mayor en lesiones agudas y en recaída; un porcentaje similar de células CD8 GZMB+ (3,1%) se vio en casos de encefalomielitis autoimmune.

Datos experimentales mostraron que un número sustancial de células T, las cuales infiltran SNC durante inflamación aguda, se destruyen localmente por apoptosis. Analizando secciones, observamos que las células T apoptóticas se observaron casi exclusivamente en células CD8/b, pero no en CD8+ y el mayor número de células T CD8+ apoptóticas se vio en lesiones de ADEM; aunque no alcanzó diferencia significativa con lesiones de EM progresiva. En EM progresiva, las células T apoptóticas se vieron en pequeños grupos; mientras que en EM aguda/remitente con recaídas se distribuían más balanceadamente en las lesiones. Análisis detallado no identificó células B CD20 apoptóticas.

En forma global, los grados de activación T y apoptosis fueron similares en EM aguda, aunque la proliferación fue significativamente mayor p<0,0001.

Linfocitos T CD8+ en lesiones de EM muestran características de células tisulares con memoria

Se ha sugerido que las células tisulares con memoria son efectores de células T, cambian su fenotipo y pueden permanecer en tejidos tiempo prolongado. En el estudio, el número de células T CD45RA fue muy bajo, exceptuando 3 casos de EM aguda con gran reacción inflamatoria. Células CD8b positivas fueron más frecuentes en estadios tempranos de ADEM, encefalomielitis autoinmune y estadios iniciales de EM. El CD103, un marcador de células T residentes con memoria fueron mayores en pacientes con EM aguda. Sin embargo, su expresión fue baja en pacientes con EM de larga duración; otro marcador sugestivo de células T residentes con memoria es el CD69. En el estudio solo se encontró CD69 en oligodendrocitos cerebrales, algunos astrocitos reactivos y macrófagos; mientras fue consistente negativo en infiltrados inflamatorios perivasculares y en células T CD3+. El receptor S1P1, molécula clave en la salida de linfocitos de tejidos, se expresó en leucocitos dentro del lumen vascular, astrocitos y células endoteliales de tejido cerebral. Sin embargo, los leucocitos infiltrantes del espacio perivascular y el parénquima de lesiones fueron S1P1 negativos. Solo un pequeño porcentaje de células T CD8+ en las lesiones fueron doblemente teñidas con CD27 o CD38. Tanto el TGF-b y la IL-10 son citoquinas antiinflamatorias clave; encontramos expresión de TGF-b principalmente en astrocitos, células endoteliales y algunos macrófagos dentro de lesiones agudas y recidivantes de EM. No se observó ninguna expresión de TGF-b en linfocitos perivasculares o parenquimatosos. La  IL-10 se expresó prominentemente dentro de un subset de células plasmáticas conteniendo inmunoglobulinas en astrocitos reactivos, pero no en linfocitos de infiltrados inflamatorios. La comparación fenotípica de EM, ADEM, encefalomielitis autoinmune y encefalitis de Rasmussen brindó resultados semejantes. En contraste a las otras enfermedades, en ADEM la mayoría de células CD8+ también fue CD8b+ y no expresó CD103. En encefalitis autoinmune humana la mayoría de células CD8 también fueron CD8b+. Las lesiones cerebrales en pacientes con encefalitis mostraron un perfil fenotípico de células T CD8+.

Fenotipo y linaje de células B

Los linfocitos B CD20+ fueron numerosos en pacientes con EM aguda y en los casos raros de EM progresiva. En contraste, el número de plasmocitos y la relación plasmocitos/células B fue mayor en pacientes con EM progresiva.

Efecto de EM relacionada con el tratamiento sobre el fenotipo de células inflamatorias en las lesiones

La gran mayoría de nuestro estudio provino de archivos de pacientes que murieron antes de la implementación de tratamiento inmunomodulador de EM, solo un paciente recibió interferon beta. El fenotipo de las células inflamatorias fue similar al de otros pacientes con EM progresiva. Ocho de 12 pacientes con EM aguda  recidivante recibieron corticoides un mes antes de morir. En consecuencia, comparamos el perfil inflamatorio de 4 pacientes sin corticoides y no hubo diferencias salvo por aumento del número de células T CD4+.

Discusión

En la EM, antes que se produzca desmielinización activa y neurodegeneración se asocian infiltrados de células T, B y plasmocitos. Sin embargo, existe un grupo de pacientes con EM, en particular aquellos con evolución prolongada donde la respuesta linfocitaria es equivalente a la de controles de edad semejante. En ellos no se observa desmielinización ni degeneración axonal, esto indica que los linfocitos T y B juegan un rol importante en las lesiones tisulares. Una limitación del estudio es que se incluyó un solo caso de EM recaída y el resultado podría mostrar sesgo hacia EM aguda. Sin embargo, las lesiones activas clásicas mostraron inflamación compuesta por linfocitos T y B, sugiriendo que el grado de inflamación está principalmente asociado con las manifestaciones clínicas y en menor medida con el fenotipo de los pacientes. No se encontró diferencia significativa entre pacientes con enfermedad primaria, secundaria o progresiva.  

En contraste con otros controles, se encontraron niveles muy elevados de células B se encontraron en encafalomielitis desmielinizante semejante a EM y un pequeño subset de pacientes presentó poliradiculoneuritis al ser inmunizado con antígenos cerebrales o ADEM, que se creen mediadas por linfocitos T. Los datos generales indican que linfocitos T CD8+ y las células B dominan las lesiones inflamatorias desmielizantes de EM en todos los estadios.

Contribución potencial de diferentes subsets linfocitarios en la patogénesis de la EM

MHC clase II restringido a células T CD4+

El MHC clase II-restringido a células T CD4+, polarizado hacia células Th17, sería principal responsable de la reacción inflamatoria en EM. Esto contrasta con la observación que células T CD4+ T son una cantidad menor de población y muestra pequeña expansión clonal en EM. Se ha dicho que el sesgo masivo de células hacia las T CD8+, podría deberse a que la mayoría de los estudios se realizan en estadios tardíos de recaídas o enfermedad progresiva fueron incluidos. En este trabajo analizamos un número sustancial de pacientes con EM aguda y clínica de 7 días a pocos meses. En ellos muchas células T CD8+ y el componente T CD4+ fue menor. Se podría especular que las células T CD4+ podrían iniciar las lesiones y se eliminan rápidamente por apoptosis, tal como se mostró en modelos de EAE. Sin embargo, en el estudio se hallaron muy pocas células T CD4+.

MHC clase I restringido a células T CD8+

Sobre bases cuantitativas, las células T CD8+ son la población linfocitaria predominante en todos los estadios de EM. Este dominio de células CD8 no es específico de EM, pero fue observado en pacientes con encefalitis de Rasmussen o enfermedad inflamatoria viral del cerebro. Los datos sugieren que esas células se activan en parte dentro de SNC, reflejado por proliferación y expresión del marcador NFAT2. Esas características fenotípicas de células T infiltrantes, fueron más frecuentes en pacientes con ADEM postinfeccioso y una historia de enfermedad de dos días. Sin embargo, aun en esos pacientes, grupos focales de células T posiblemente reflejen su activación antigénica. 

La mayoría de células T CD8+ mostraron características de células con memoria tisulares. Una razón para la persistencia podría ser que deprimen la expresión de receptores S1P1 y CCR7, los cuales median la salida de linfocitos de los tejidos y están deprimidos cuando el CD103 está inducido. Confirmamos los datos de expresión de S1P1 en astrocitos y células endoteliales. El CD103 podría estar implicado en la inducción de fenotipo residente en tejidos, pero esta expresión podría perderse en estadios avanzados de inflamación crónica. Sin embargo, no se detectó la expresión de células T CD69 y estuvo altamente expresado en oligodendrocitos y macrófagos.

En infecciones virales de piel o SNC, las células T migran a las lesiones en la fase aguda y eliminan el patógeno. Seguido a esto se convierten en células residentes con memoria, que persisten largos períodos en estado inactivo, aunque pueden reactivarse cuando se re-exponen al antígeno. Esas células juegan un rol central en memoria inmunológica tisular que, al activarse, pueden compartimentar el daño en la EM.

Células B CD20+

Se confirma una contribución prominente de células B CD20+ a la respuesta inflamatoria en EM en estadios iniciales, comparado con controles inflamatorios.  En contraste con células CD20, la infiltración con plasmocitos en meninges y espacio perivascular en mayor en pacientes con enfermedad progresiva, sugiriendo diferenciación gradual de células B infiltrantes a plasmocitos estables. Aunque la contribución global de células B a los infiltrados inflamatorios en EM fue menor comparada con células T CD8+, la extensión de infiltración celular B en las lesiones pudo ser sobreestimada en el estudio. Recientes observaciones de terapias mayores dirigidas a células B, sugieren un rol mayor en el proceso inflamatorio de la enfermedad.

Relación de infiltración linfocitaria con injuria tisular

Se mostró previamente que estadios tardíos de EM progresiva, la inflamación compuesta por células T y B, puede declinar a niveles vistos en controles apareados por edad. En ellos no se evidenció desmielinización activa e injuria axonal. Estos datos sugieren que la inflamación linfocitaria es componente esencial de la desmielinización activa y la lesión tisular. Los datos aquí presentados se oponen a la desmielinización activa mediada por contacto celular. En sitios de destrucción de mielina activa, el número de células T y B infiltrantes fue muy bajo en comparación con lo observado en lesiones avanzadas. Una patente similar de inflamación relacionada con lesión tisular se observó en lesiones corticales. Esto sugiere que la desmielinización y neurodegeneración dependen de factores solubles producidos por linfocitos. Esta visión se apoya en la presencia de factor soluble de EM en suero que pueden inducir desmielinización y neurodegeneración en cultivos celulares. En la EAE, luego de inmunización con mielina de oligodendrocitos (MOG), se detectaron anticuerpos asociados a inflamación, pero no en pacientes con EM. Actualmente se sugiere que esos factores no son anticuerpos sino factores solubles producidos por linfocitos B.

Conclusiones

Los datos del estudio resaltan el rol de linfocitos T y B en la patogénesis de lesiones de EM. La dominancia de células T CD8+ residentes en SNC, quedan atrapados o compartimentalizados en cerebro y médula espinal. Como en infecciones virales de piel y cerebro, las células T con memoria quiescentes, pueden activarse y promover la inflamación cuando se enfrenta a su antígeno. Alternativamente, podría haber células T reguladoras que protegen contra daño inmunomediado; sin embargo, no encontramos evidencia de producción de citoquinas antiinflamatorias clásicas (TGF-b e IL-10.

Se requieren estudios adicionales para aclarar la especificidad antigénica de linfocitos infiltrantes y su rol en EM.